CABALLOS
(Por: Carla Risso Montes, Tomado de Revista Made in Peru
Magazine)
Cuando asumí el compromiso de criar caballos sabía que me
esperaba un camino largo de recorrer, que oscilaría entre ilusiones y
decepciones, puesto que la construcción del caballo ideal requiere de mucho
tiempo y dedicación. Criar es exigente y las mejoras en los animales se van
dando de a pocos, añadiendo virtudes de una a la vez, de modo que el resultado
esperado será tarea de varias generaciones y la crianza vendrá acompañada no
solo de aciertos sino también de desaciertos que hacen más largo y lento el
camino.
Desde muy joven fui muy cercana a mi padre y gracias a
ello tuve la oportunidad de escuchar y,
sobre todo, aprender mucho de su experiencia y la de los criadores antiguos más
importantes del Perú. Al iniciar mi propia cría decidí continuar con el trabajo
que mi padre empezó cincuenta años atrás. Fue así que invertí sin escatimar en
pocas pero muy buenas yeguas del prefijo JRM, que son las fundadoras y pilares
de las familias que han construido mi cría. Yeguas muy completas, genéticamente
bien construidas por varias generaciones y sin defectos de función; con importantes
virtudes y pocas áreas a mejorar. Esto me permitió recortar sustancialmente el
camino, adjudicándome el trabajo previo que él ya había realizado durante
tantos años. Creo firmemente que ésta es la mejor manera de ganar tiempo y
tener éxito en la crianza.
Con este propósito e inspirada por otros que comenzaron
primero en el Perú, y observando los resultados de criadores de otras razas de
caballos en el mundo que fueron pioneros en utilizar técnicas de reproducción
asistida, tomé la decisión de montarme sobre las ventajas de la tecnología, que
serían el vehículo que me ha permitido llevar a cabo mi programa de crianza a
mayor velocidad. De esta manera mi hijo Sebastián y yo, pasamos algún tiempo
viajando a distintos centros de excelencia tecnológica para aprender de quienes
actualmente son los líderes en la crianza de caballos argentinos de polo y que
han logrado una mejora considerable en la raza, que hoy el mundo del deporte
aprecia y promueve. Ello ha convertido a la Argentina en el principal
exportador de caballos de polo del mundo con venta de miles de ejemplares al
año. (Foto 1: Mylene Madueño, Foto 2: ANCPCPP)
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