domingo, 3 de febrero de 2019

Deportes Boston 207

POLO
LA COPA DE LA REINA

(Por: Xavier Prieto Astigarraga, Diario La Nación, Argentina)

Isabel II y Adolfo Cambiaso son viejos conocidos. Diez veces ganó el polista la Copa de la Reina y un par otro trofeo relacionado con la monarca, así que le dió la mano al menos una docena de veces. Fanático uno y aficionada la otra a los caballos, tienen tema de conversación asegurado. Isabel II y Adolfo Cambiaso nunca se habían saludado hasta hace pocos días. La soberana -dicen- no se fotografía con chicos, y Cambiaso ni siquiera llegó a la adolescencia. ¿Cómo son posibles ambas cosas? Pues el primer Adolfo mencionado es el padre y el segundo es su hijo de 12 años. "Poroto", el heredero del mejor polista del mundo. Ya conocido para los que se interesan por el deporte de los tacos y las bochas.

Resulta que los dos ganaron recientemente la copa Royal Windsor, gracias al 11-7 de La Dolfina sobre Park Place, y la propia Isabel II les da a los finalistas los respectivos premios, individualmente. Formado lejos de la monarca, cada polista pasa a su turno y hace una leve reverencia a la soberana antes de recibir de ella el trofeo en cuestión. Para Poroto era la primera vez. Lógico: se trata del jugador más joven que ha levantado la copa Royal Windsor, la pieza de platería más antigua del solemne Guards Polo Club, el de la familia real británica y su castillo, con sede en Windsor, 40 kilómetros al oeste de Londres.

"Estaba más nervioso por cómo saludar a la reina que por el partido en sí; ganáramos o perdiéramos teníamos que saludarla", contó para La Nación el niño. Educado, ubicado, no tuvo problemas ante la formalidad. Le fue bien: la nonagenaria monarca le preguntó sonriente si se había divertido y le comentó que estaba impresionada por su edad. "La Royal Windsor es una de las copas más históricas. Haberla ganado con Poroto está muy bueno. Imaginá: jugar con mi hijo y ganar...", expresó a La Nación el Cambiaso de 43 años, que siempre disfruta en suelo británico las victorias de la Argentina en los mundiales de fútbol. A su primogénito varón le tira más otro deporte: el básquetbol. Específicamente, la NBA. Pero comparten la pasión por los equinos. Y Adolfo VI estuvo chocho que haber utilizado en Windsor los caballos de Adolfo V; no siempre tiene esa chance, por más que vivan bajo un mismo techo. Encima, el muchachito tuvo la alegría de que le otorgaran el premio al jugador más valioso de la final.

"En la historia es el más chico al que la reina le entregó una copa. Fue muy emocionante, todo muy lindo. Y jugar por La Dolfina fue un extra. La verdad es que estuvo muy bueno", se complació el padre. Tanto como la madre, que antes de la final se dirigió públicamente a su pequeño: "a vos POROTITO que con tu bondad nos iluminas siempre, pedirte que nunca pierdas tu inocencia, esa que te hace tan especial y querido por todos. Estamos muy orgullosos de ustedes", escribió María Vázquez en Instagram, aludiendo también a su marido.

No es poco lo que lograron juntos los Cambiaso. El de la Royal Windsor es un torneo muy añejo, el más importante de hasta 15 goles de handicap en la temporada alta británica, la principal de Europa. Esta vez reunió a 23 equipos, nada menos, y a unas cuantas figuras: Alejandro Novillo Astrada, Diego Cavanagh, Joaquín Pittaluga, Iñaki Laprida, Alberto Heguy (h.), Marcos Di Paola, Alejo Taranco. Y a varias otras promesas del polo argentino: Juan Cruz Merlos, Martín Zubía, Cruz Heguy, Lucas Monteverde VII.

A esta altura, los Cambiaso ya compartieron más de un podio. En abril se impusieron en el Abierto de Washington, Córdoba, que habían ganado el año pasado, y en marzo habían conseguido la copa Sterling (20) en Palm Beach, Estados Unidos, acompañados en el último partido por su hija/hermana Mía, que también disputó ahora la Royal Windsor, en otro conjunto.

Habrá que ver a quién delegará Isabel II la tradición de entregar sus trofeos. Lo que parece seguro es que va a tener algún Cambiaso como destinatario por varios años más. (Fotos: La Dolfina)

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