POLO
LA COPA DE LA REINA
(Por: Xavier Prieto Astigarraga, Diario La Nación,
Argentina)
Isabel II y Adolfo Cambiaso son viejos conocidos. Diez
veces ganó el polista la Copa de la Reina y un par otro trofeo relacionado con
la monarca, así que le dió la mano al menos una docena de veces. Fanático uno y
aficionada la otra a los caballos, tienen tema de conversación asegurado. Isabel
II y Adolfo Cambiaso nunca se habían saludado hasta hace pocos días. La
soberana -dicen- no se fotografía con chicos, y Cambiaso ni siquiera llegó a la
adolescencia. ¿Cómo son posibles ambas cosas? Pues el primer Adolfo mencionado
es el padre y el segundo es su hijo de 12 años. "Poroto", el heredero
del mejor polista del mundo. Ya conocido para los que se interesan por el deporte
de los tacos y las bochas.
Resulta que los dos ganaron recientemente la copa Royal
Windsor, gracias al 11-7 de La Dolfina sobre Park Place, y la propia Isabel II
les da a los finalistas los respectivos premios, individualmente. Formado lejos
de la monarca, cada polista pasa a su turno y hace una leve reverencia a la
soberana antes de recibir de ella el trofeo en cuestión. Para Poroto era la
primera vez. Lógico: se trata del jugador más joven que ha levantado la copa
Royal Windsor, la pieza de platería más antigua del solemne Guards Polo Club,
el de la familia real británica y su castillo, con sede en Windsor, 40
kilómetros al oeste de Londres.
"Estaba más nervioso por cómo saludar a la reina que
por el partido en sí; ganáramos o perdiéramos teníamos que saludarla",
contó para La Nación el niño. Educado, ubicado, no tuvo problemas ante la
formalidad. Le fue bien: la nonagenaria monarca le preguntó sonriente si se
había divertido y le comentó que estaba impresionada por su edad. "La
Royal Windsor es una de las copas más históricas. Haberla ganado con Poroto
está muy bueno. Imaginá: jugar con mi hijo y ganar...", expresó a La
Nación el Cambiaso de 43 años, que siempre disfruta en suelo británico las
victorias de la Argentina en los mundiales de fútbol. A su primogénito varón le
tira más otro deporte: el básquetbol. Específicamente, la NBA. Pero comparten
la pasión por los equinos. Y Adolfo VI estuvo chocho que haber utilizado en
Windsor los caballos de Adolfo V; no siempre tiene esa chance, por más que vivan
bajo un mismo techo. Encima, el muchachito tuvo la alegría de que le otorgaran
el premio al jugador más valioso de la final.
"En la historia es el más chico al que la reina le
entregó una copa. Fue muy emocionante, todo muy lindo. Y jugar por La Dolfina
fue un extra. La verdad es que estuvo muy bueno", se complació el padre.
Tanto como la madre, que antes de la final se dirigió públicamente a su
pequeño: "a vos POROTITO que con tu bondad nos iluminas siempre, pedirte
que nunca pierdas tu inocencia, esa que te hace tan especial y querido por
todos. Estamos muy orgullosos de ustedes", escribió María Vázquez en
Instagram, aludiendo también a su marido.
No es poco lo que lograron juntos los Cambiaso. El de la
Royal Windsor es un torneo muy añejo, el más importante de hasta 15 goles de
handicap en la temporada alta británica, la principal de Europa. Esta vez
reunió a 23 equipos, nada menos, y a unas cuantas figuras: Alejandro Novillo
Astrada, Diego Cavanagh, Joaquín Pittaluga, Iñaki Laprida, Alberto Heguy (h.),
Marcos Di Paola, Alejo Taranco. Y a varias otras promesas del polo argentino:
Juan Cruz Merlos, Martín Zubía, Cruz Heguy, Lucas Monteverde VII.
A esta altura, los Cambiaso ya compartieron más de un
podio. En abril se impusieron en el Abierto de Washington, Córdoba, que habían
ganado el año pasado, y en marzo habían conseguido la copa Sterling (20) en
Palm Beach, Estados Unidos, acompañados en el último partido por su
hija/hermana Mía, que también disputó ahora la Royal Windsor, en otro conjunto.
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