(Por: Bautista Saubidet Birkner)
Desde que tengo memoria estoy rodeado de la náutica. Desde mi padre, mis tíos, primos y hermanos, muchos disfrutamos del agua y el viento. La náutica es parte de mi vida y, desde chico, me enseñó muchas cosas que me convirtieron en la persona que hoy soy. Mi viejo siempre quiso compartirme su amor por la náutica. A los 5 años me llevaba en su tabla con sudestes increíbles, me encantaba. Intentó subirme al optimist pero no hubo caso, lo mío era el windsurf. Entonces a los 11 años me subí a una tabla de windsurf y nunca más me bajé. La náutica es mi pasión, pero no lo único que quise hacer en mi vida. Al terminar el colegio dediqué todo mi tiempo y esfuerzo para ir a los Juegos Olímpicos de Rio 2016, pero sin perder mis ganas de, algún día, poder estudiar. Al terminar los Juegos, me anoté en la Universidad de San Andrés, lo que terminó siendo una de las mejores decisiones de mi vida. A pesar de que estudiar y competir es muy demandante, no es imposible. La náutica me enseñó a ordenarme, a trabajar duro y ser disciplinado, aspectos que fueron claves durante la carrera. En diciembre del año pasado, luego de 4 años, me gradué en la carrera de Administración de Empresas. Al mismo tiempo, mientras estudiaba, también gané los Juegos Panamericanos de Lima 2019. Con esto quiero decir que, si uno quiere y se esfuerza, el deporte y el estudio van de la mano. Es como hacer un doble entrenamiento, físico y mental. Es cuestión de sentarse a estudiar cuando hay que estudiar, y entrenar duro cuando hay que entrenar. Hay que aprovechar el tiempo al máximo. (Tomado de Federación Argentina de Yachting) Foto: Infobae
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